[Granada] No habrá ratonera ciclista (carril bici) en el eje Arabial-Palencia

Texto copiado de: Oficina de la Bicicleta de Granada (25/11/16).

En el año 2014 el Ayuntamiento de Granada y la Consejería de Fomento firmaron un acuerdo por el cual la Agencia Andaluza de Obra pública se comprometió a compensar a la ciudad con 4,5 millones de euros. Esta cantidad tiene como objeto la remodelación integral de los viales que durante las obras del metro soportaron una mayor carga del tráfico rodado, concretamente el corredor Arabial-Palencia (Palencia, Av. Barcelona, Jardín de la Reina y Arabial).

El 21 de julio de 2016, en la reunión de la Comisión Permanente del Observatorio de la Movilidad de Granada, el equipo de gobierno municipal anunció que la reforma del eje Arabial-Palencia incluiría la construcción de un carril bici (2,5 metros de ancho -1,25m por sentido-, bidireccional, con separación física y a cota de calzada). Las asociaciones Biciescuela Granada, Camina Granada, Ecologistas en Acción, Enbicielectrica.com La Biciclona y Salvemos la Vega denunciamos que el carril bici es una infraestructura estrecha, con mayores riesgos y que segrega a las bicicletas considerándolas como un estorbo para el tráfico contaminante.

En septiembre, las citadas asociaciones mantuvieron una reunión con Raquel Ruz, concejal delegada del área de movilidad, y con los técnicos de dicha área. En ella las asociaciones presentaron un informe sobre el proyecto en el que detallamos los efectos negativos que el carril bici tendría para ciclistas, peatones y el resto de conductores:

  • Mayores riesgos de colisión en intersecciones y rotondas.
  • Riesgos de colisión frontal por distancias laterales insuficientes.
  • Adelantamientos a ciclistas a menos de 1,5 m, incumpliendo la Ley de Tráfico.
  • Incremento en la zona del número de ciclistas invadiendo las aceras.

Además, las asociaciones advertimos al Ayuntamiento de que el carril bici (que eliminaría 311 plazas de aparcamiento y 43 zonas de carga y descarga) crearía innecesariamente una confrontación entre vecinos y ciclistas, recreando lo ocurrido hace 13 años en la Av. de Dílar. Por este motivo, las asociaciones propusimos como alternativa un ciclocarril 30 (señalización del carril derecho de la calzada con límite a 30 km/h) que, por un lado, evitaría el conflicto con vecinos y comerciantes porque permitiría que la eliminación de los aparcamientos se hiciera ampliando las aceras en beneficio de un mayor número de población. Y, por otro lado, sería una intervención mucho más barata en su implantación y mantenimiento, evitaría la circulación de bicicletas por las aceras y reduciría los riesgos de colisión entre bicicletas y otros vehículos.

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Ciclocarril 30 en Madrid. Autor: @juanitopez

Además de lo expuesto hasta ahora, en octubre hicimos conteos de vehículos en el eje Arabial-Palencia. Según los resultados que obtuvimos, este eje soporta muy poca intensidad de tráfico motorizado (2.656 veh/día aproximadamente) y una cantidad de ciclistas mayor a la esperada (5,71% del tráfico) sin accidentes graves de los que se tengan conocimiento. Por tanto, según los criterios para la segregación de la bicicleta establecidos en los manuales de diseño de vías ciclistas, no se sostiene la decisión de hacer un carril bici en el eje Arabial-Palencia. En cambio, esta calle presenta unas características propias para el ciclocarril 30 (según el reciente manual de vías ciclistas Guía de cicloinfraestructuras de Pardo, C. y Sanz, A., 2016).

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C/Arabial. Calzada vacía de coches y mujer conduciendo una bici adecuadamente (ocupando por completo su carril de la calzada)

No sirvió de nada demostrar que el carril bici era innecesario por volumen de ciclistas y ausencia de víctimas, tampoco la fundamentación científica internacional que demuestra que técnicamente no es efectivo para evitar colisiones y que multiplica los riesgos en las intersecciones, ni siquiera sirvió indicar que todos los manuales de mayor referencia internacional para el diseño de vías ciclistas desaconsejan la construcción de carriles bici bidireccionales en zona urbana… el equipo de gobierno municipal no nos hizo ningún caso, prefirieron continuar confiando en los técnicos que le presentaron proyecto obsoleto e improvisado carente de un estudio previo que justificara su construcción. Tan solo la movilización de vecinos y comerciantes (que recogieron 2.000 firmas) en contra de la pérdida de aparcamientos y zonas de carga y descarga hizo al equipo de gobierno pensar en modificar sus decisiones. Parece que los ciclistas seguimos siendo vecinos de tercera y que nuestra seguridad personal tiene menos valor a la hora de tomar una decisión técnica y política.

A partir de este momento, el equipo de gobierno comenzó a replantearse la conveniencia de hacer el carril bici. De esta manera, las asociaciones ciclistas, peatonales y ecologistas que nos oponíamos al carril bici tuvimos dos reuniones más. En primer lugar, con Paco Cuenca, alcalde de la ciudad, y posteriormente con Raquel Ruz. Por otro lado, las asociaciones de vecinos y de comerciantes de la zona afectada también tuvieron sus respectivas reuniones con los representantes del equipo de gobierno municipal. La conclusión de todas estas reuniones fue que el eje Arabial-Palencia definitivamente no tendrá carril bici.

Una vez más, hemos conseguido paralizar la construcción innecesaria y peligrosa de una ratonera ciclista en granada capital. En junio de 2014 paralizamos el peligroso carril bici previsto en Gran Vía de Colón; también conseguimos que en Granada capital no se malgastasen 8 millones de euros para construir 30 Km más de acera bici (como la de Camino de Ronda) que venían contempladas tanto en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) como en el Plan Andaluz del Carril Bici (PAB). Es evidente que la implementación de una red de carriles bici en Granada capital, además de ser ratoneras peligrosas que marginan a la bicicleta, conllevaría la pérdida aceras, de arbolado y de vegetación y, en algunos casos, de aparcamientos (siendo la eliminación de estos últimos necesaria, es mucho más conveniente hacerlo en beneficio de un mayor número de población ampliando y mejorando las aceras).

En los últimos años hemos conseguido cuestionar algo que siempre se daba por hecho y sobre lo que nunca antes se había debatido (el considerar que el carril bici es necesario sí o sí –y algunos todavía siguen aferrados a esta idea obsoleta-). De esta manera, con argumentos sobre la seguridad del ciclista urbano, hemos conseguido paralizar importantes proyectos que restringían la movilidad ciclista en nuestra ciudad (y todavía habría que eliminar los que ya están hechos). Podemos decir que ya hemos superado la primera traba mental (el carril bici) que impedía llevar a cabo políticas verdaderamente sostenibles. Sin embargo, y aunque lo hecho hasta ahora era imprescindible para permitir el siguiente paso, todavía nos falta una asignatura pendiente (la más importante): conseguir que las políticas públicas apuesten por la defensa de la salud pública y la mejora del espacio público limitando la movilidad motorizada en la ciudad (además de apostar por la promoción efectiva de la bicicleta como medio de transporte).

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