Curso circulación ciclista

El Ayuntamiento de Granada oferta cursos gratuitos para aprender a conducir la bicicleta

Aprende a circular en bicicleta de forma segura y asertiva, guiado por monitores de la Facultad de Ciencias del Deporte, según el método Bikeability.

El Ayuntamiento de Granada pone en marcha 20 cursos de formación ciclista gratuita para facilitar la circulación por la ciudad de forma segura y asertiva.

Los cursos, impartidos por monitores de la Facultad de Ciencias del Deporte, están basados en el Método Bikeability, un nuevo concepto de Educación Vial nacido en el Reino Unido, y tienen como objetivo final dotar de las herramientas cognitivas necesarias, para que el ciclista urbano pueda desenvolverse con seguridad y respeto en cualquier situación de tráfico, disminuyendo así situaciones de riesgo para la salud y conflictos con otros usuarios del espacio público.

Cursos granadaciclocivica.es

Estos cursos son también una oportunidad para atreverse a experimentar las ventajas de desplazarse en bici por la ciudad, acompañados por amigos y monitores cualificados.

Los cursos se desarrollarán los viernes y sábados, en grupos de 5 a 15 personas con dos monitores por grupo, estructurados en tres talleres de dos horas cada uno:

    • 2 horas de formación teórica y debate, en la Facultad de Educación Física, o en lugar acondicionado al respecto establecido por el grupo.
    • 2 horas de prácticas en circuito urbano cerrado, bien en Campus Universitario de Fuentenueva, o bien en Paseo del Salón.
    • 2 horas en itinerario abierto por la ciudad, establecido según las condiciones del grupo.

Destinatarios: personas particulares, familias, grupos de amigos, empresas, asociaciones y cualquier otro colectivo.

Inscripciones: del 13 de abril al 15 de mayo, dejando tu nombre, datos de contacto y número de personas interesadas, en el correo: hola@granadaciclocivica.es.

Descarga del flyer promocional pinchando AQUÍ

http://www.granadaciclocivica.es

Los niños formados con Bikeability usan más la bicicleta

Texto traducido de Carlton Reid, publicado en bikebiz.com (7-10-14)

Los escolares que han recibido formación BIKEABILITY para la conducción de la bicicleta, usan más este medio de transporte que los que no la han recibido. Esa es la conclusión del nuevo estudio del Consejo del Condado de Cambridgeshire basado en el estudio de 224 niños de cuatro colegios de primaria de Cambridge. El estudio muestra la lo que se puede lograr con dicha formación.

Formación Bikeability aumenta en un 12.6 por ciento la cantidad de niños que van en bici a la escuela y aumenta en un 11 por ciento el uso de la bicicleta con la familia para otros desplazamientos.

Casi un millón de niños han sido formados con el método Bikeability desde que se puso en marcha en el Reino Unido en 2006.

Este nuevo estudio ha sido realizado por Outspoken Cycle Training que lleva a cabo el Bikeability para el Consejo del Condado de Cambridgeshire. Este año han formado a 3.874 niños de 5º y 6º curso en 163 de las escuelas del condado. Los niños formados son menos propensos a montar en las aceras y tienen más probabilidades de conducir con autonomía por la calzada de la calle. 

Michael Frearson, jefe de control de calidad de Outspoken, dice: “Es notable que incluso en Cambridge, donde los niveles de ciclismo ya son muy altos, que los niños formados con Bikeability tienen más probabilidades de usar la bicicleta con autonomía en la calzada que los niños no formados”

Paul Robinson, director del equipo de apoyo Bikeability, responsable del despliegue nacional de formación de ciclismo , dijo: “La mayoría de los niños quieren montar en sus bicicletas, pero a menudo sus padres son comprensiblemente reacios a dejarles, a pesar de que saben que el ciclismo es bueno para la salud. Bikeability está diseñado para dar a los niños las habilidades y la confianza para conducir adecuadamente y dar tranquilidad a sus padres”.

En Inglaterra, Bikeability está financiado por el Ministerio de Transportes y Transportes de Londres, se ofrrece gratuitamente a, aproximadamente, el  50 por ciento de los niños de las escuelas primarias, sobre todo en los entornos urbanos y metropolitanos.  La mayoría del entrenamiento se produce durante el tiempo de la escuela en el 5º y 6º curso.

Parque municipal de educación víal en Ávila


Excelente trabajo el que lleva realizando desde hace 20 años la policía municipal en Ávila. Y se nota, es una ciudad pequeña con apenas 60 000 habitantes que ha conseguido seguir siendo amable, a pesar de sus polígonos, y las grandes avenidas inherentes a ellos. Lo mejor es que su trafico se regula perfectamente con sólo cuatro grupos de semáforos en toda la ciudad.

Biciescuela Valencia: Una escuela para ciclistas urbanos

COPIADO DE: El País (8 de junio de 2014)

Valencia es la ciudad ideal para la bicicleta: hace buen tiempo todo el año y no tiene pendiente. Barata, ligera y fácil de aparcar, en los últimos años, quizá por el azote de la crisis, la bici ha irrumpido como medio de transporte habitual. Pero circular no es coger la bici y poco más. Con una ordenanza municipal que prohíbe conducir por las aceras, los ciclistas que se lanzan a la calle se sienten inseguros. La asociación Biciescuela Valencia ha iniciado desde hace unos meses un taller en el que acompañan a los ciclistas urbanos a sus trabajos para que aprendan a ir por la calzada, en hora punta y con seguridad.

La dinámica del grupo recuerda a las bandadas de aves. Un monitor guía va delante. Le sigue el aprendiz que circula por el centro del carril y, tras él, un par de miembros de Biciescuela, en paralelo, le cubren las espaldas. Si el alumno se equivoca o no consigue señalizar correctamente, los últimos monitores se encargarán de hacer las indicaciones para que los coches anticipen su movimiento.

“El objetivo es que la gente se acostumbre al tráfico y pierda el miedo”, explica Antonio Mateu, presidente de esta asociación sin ánimo de lucro. “La bici es un vehículo y como tal, debe ir por la calzada porque somos tráfico”, remarca. Con esta actividad, que ofrecen de manera gratuita, han acompañado ya a 25 personas en el último mes. En Biciescuela explican que no se necesita tener un vehículo de último modelo sino respetar unas normas de circulación que son para todos: el semáforo en rojo es para parar y las bicis no son una excepción; cada movimiento lateral se señaliza con los brazos y el carril bus, como su nombre indica, es exclusivo para autobuses y excluyente para bicicletas.

El objetivo es que se acostumbren al tráfico y pierdan el miedo

“Lo importante es hacerte visible. Cuando llega un semáforo en rojo y estoy la primera del carril, me gusta avanzar un poco y traspasar la línea para que los coches de los lados me vean bien. Así me tienen en cuenta cuando se pone en verde y van a arrancar”, explica Ana García Sevilla, vicepresidenta de Biciescuela. La ordenanza municipal de Tráfico de Valencia exige a los ciclistas que en las zonas donde no hay carril bici, circulen por la calzada. Pero en hora punta, cuando todos parecen tener prisa, la convivencia sobre el asfalto se complica.

“Uso la bici todos los días para ir al trabajo, pero desde hace unos meses tenía dudas sobre como circular para que los coches no me adelantaran con esa agresividad”, cuenta Eva Aparisi, alumna de la Biciescuela, a la que han acompañado dos veces en las últimas semanas. Cada mañana, cerca de las nueve, Eva recorre la Gran Vía, la Calle Xàtiva y Guillén de Castro, en medio de cientos de vehículos que aprietan el acelerador porque llegan tarde a trabajar. “Hace un año le cogí miedo a la bici porque mi ruta es bastante peligrosa y la gente conduce a lo bestia. Este invierno pensé, pero ¿por qué tengo yo que dejar de ir en bici? Conocí Biciescuela y pensé que ellos podían ayudarme para ver si cometo infracciones. Y me han ayudado bastante”, cuenta.

No circular por el carril bus sino por el contiguo, señalizar y conducir por el centro de tu carril son las tres primeras claves fundamentales para evitar riesgos. “Circulando así me han dejado de pitar porque me respetan como vehículo”, explica Eva. Tanto si eres un ciclista experimentado como si acabas de subirte a las dos ruedas, aprender a moverte en la ciudad resulta útil.

El semáforo en rojo es para detenerse y las bicis no son una excepción

“Trabajo en la Universitat Politècnica hace 15 años. Opté por la bici porque cuando iba en coche, no encontraba aparcamiento, el bus tardaba un montón y al final esto era lo más sencillo”, cuenta Cristina Gallano, otra alumna de Biciescuela. Explica que acude al trabajo a mediodía, momento de bastante tráfico, porque es el paréntesis de la comida. “La bici es ideal pero me daba miedo porque los conductores no respetan, las bicis dudamos mucho y generamos situaciones de peligro”, reconoce. El gran éxito de Valenbisi [servicio municipal de alquiler], que tiene en la calle 2.750 bicicletas ha hecho que cualquiera tenga acceso a este vehículo y sea todavía más habitual en la ciudad. “No conoces tus derechos y este taller puede ayudar a quienes cogen una bicicleta pública y no saben qué tienen que hacer”, agrega Cristina.

A las empresas no les pasa desapercibido el uso creciente de la bicicleta para ir hasta los centros de trabajo y son muchas las que empiezan a valorar los beneficios de desplazarse y hacer actividad física al mismo tiempo. Los talleres ciclistas empiezan también a aprovechar un nuevo nicho de mercado abierto por los ciclistas urbanos.

Serbicis, es el primer taller en Valencia que repara bicicletas a domicilio. Su propietario, Abel Gómez, ofrece a las empresas sus servicios para que, sin coste para el empresario, sus empleados puedan ir al trabajo en bicicleta y tenerla reparada mientras realizan su jornada laboral. “La empresa solo tiene que ofrecer el servicio de reparación a clientes y trabajadores mientras están en sus instalaciones y nosotros nos encargamos de todo: de la recogida y entrega de la bici en la oficina o la fábrica, elaborar y distribuir los carteles informativos, especificar las tarifas de precios para los usuarios…”, cuenta el gerente de Serbicis, Abel Gómez.

En su taller, abierto hace menos de un año, tienen una idea clara: “Una persona que va en bici al trabajo es más prudente, más responsable, más sana y más feliz. Si conseguimos que las empresas sean conscientes de todas estas ventajas, tendrán un nuevo valor, un nuevo principio, la empresa será más saludable y su plantilla mucho más productiva”.

¿Se puede enseñar la confianza en bici?

COPIADO DE: Bicicletas, ciudades, viajes… (11 mayo 2012)

Arduo tema el de instruir a la gente en los hábitos, prevenciones y buenas prácticas a la hora de montar en bicicleta en la ciudad. Arduo pero necesario. Sobre todo entre personas mayores, que son las que más prejuicios y miedos infundados tienen. Porque, si demandan formación es porque han perdido el hábito o nunca lo han tenido. Y son torpes, desconfiados, dubitativos.

La inseguridad que provoca el miedo es un monstruo muy difícil de controlar. Impone tanto que nos agarrota, nos impide actuar con soltura, condiciona nuestra capacidad de percepción, nos subyuga. Somos presas de nuestros propios miedos y muchos, la mayoría, son irracionales. Tratar de combatirlos en un par de sesiones (o cuatro) de práctica guiada es una pretensión que difícilmente tiene buenos resultados. Porque no es lo mismo ir en grupo, todos provistos de fabulosos chalecos reflectantes, al abrigo de un pelotón y siguiendo los consejos de un instructor que enfrentarse uno mismo, solo y sin ayuda, a esas mismas situaciones.

Repetir unas cuantas pautas es fácil, atreverse a lidiar con nuestra bestia interior es otro cantar. Por eso cuando alguien nos solicita que impartamos o participemos en un taller o jornada de seguridad vial para usuarios de bicicletas solemos preguntar antes de embarcarnos ¿a qué público irá dirigido? ¿qué objetivos se buscan? y ¿qué resultados se esperan?

Pareceremos muy mirados, pero las cuestiones tienen sentido. De hecho, en este mundo de la iniciativa voluntariosa, del esfuerzo testimonial y de las propuestas que se miden en votos, empezamos a estar cansados de vaguedades, de mensajes lanzados a un gran público apático y descreído y de sesiones de eco y autobombo entre allegados. Así que, si no es mínimamente ambiciosa la propuesta y no es capaz de definir y concretar destinatarios y objetivos (que no lo suelen ser) preferimos participar en mesas en las que se cuestione y se discuta el tema y luego, cada uno a su casa, normalmente en coche todos.

Porque la seguridad en la calle, en bicicleta, sólo se adquiere andando. Y eso más vale saberlo para empezar cuanto antes. Los grandes sustos sólo se pueden evitar con pequeños sustos. Las maniobras comprometidas, el posicionamiento, la señalización, la interrelación con el resto del tráfico, el respeto, la dignidad, la prevención, la anticipación, la visibilidad, la empatía… todas esas cosas se aprenden con el tiempo y con las incidencias. Tratar de poner en antecedentes a un grupo de alumnos es una tarea imposible. Para aprender a andar hace falta andar.

Ahora bien, se puede adelantar algo intentando ver la educación vial desde la perspectiva del manillar también y no sólo desde los intereses de los coches, como suele ser habitual. Sobre todo entre los niños y jóvenes que aún utilizan la bicicleta de manera más o menos frecuente y que todavía no están condicionados. Programas en escuelas e institutos. Para toda la población. Aunque sólo sean una jornada o dos, pero de manera universal y obligatoria.

Ahora bien, con esto seguiremos sin transmitir confianza, sólo explicaremos las posibilidades, las peculiaridades y las condiciones de la bici. La confianza, por destracia, no se enseña en un curso, ni en unas cuantas sesiones. Para eso la mejor escuela es la calle, los familiares, los amigos, las situaciones y el sentido común. Basta con vencer el miedo y experimentar.